Estepona estrena su primera clínica de medicina hiperbárica.
Corría el año 2007 cuando la medicina hiperbárica se daba a conocer en España por el uso que el exfutbolista del Real Madrid, Raúl González, le daba para mejorar su capacidad física por las noches. Siete años pasaron ya desde esa noticia y este tratamiento se ha ido expandiendo por toda España. El pasado jueves, Estepona abrió su primera clínica hiperbárica con una cámara única en la provincia.
Este aparato es capaz de hacer que en la sesión que se dé el paciente, respire un cien por cien de oxigeno -cuando lo normal en el aire es un 21 por ciento- a una presión de hasta 3 atmósferas, lo que equivaldría a 20 metros bajo el mar.
«La hemoglobina es la encargada de transportar normalmente el oxígeno en la sangre. Al subir al cantidad de este gas, su exceso se diluye con el plasma sanguíneo y llega más fácilmente al tejido», explica el médico encargado del Centro Hiperbárico HMCE, Rafael Sánchez.
Este tipo de tratamiento funciona con efectos antibióticos y para la creación de nuevos vasos sanguíneos. «Ahora estamos tratando a una paciente que tuvo cáncer y estamos ayundándole con los efectos de la quimioterapia», afirma el médico del centro.
Los pacientes han de permanecer una hora en la cámara -cuya sesión cuesta aproximadamente 100 euros-, mientras el técnico va controlando los niveles de oxígeno y la presión, a la vez que conversa con la persona que está en su interior a través de un teléfono para saber si todo va bien. Mientras, el paciente ve relajadamente la televisión, que está conectada a la cámara ya que el aparato está totalmente insonorizado.
Efectos deportivos
Esta medicina es bastante conocida entre los deportistas. Tenistas como Nadal o Djokovic, son habituales de esta técnica para recuperar su estado físico más rápidamente. Incluso el futbolista colombiano Radamel Falcao utilizó esta cámara para recuperarse de la lesión de ligamento cruzado que sufrió el pasado febrero.
«Una fractura que tarde en curarse 40 días, se puede quedar en 20. Se reduce el tiempo de recuperación en un 40 o 50 por ciento», afirma Sánchez, quien explica que pese a las sospechas sobre si un tratamiento como este podría considerarse dopante, lo desmiente rotundamente.
«Lo cierto es que a los deportistas les ayuda a recuperar, pero cualquier persona se mete en la cámara, y sale hecho un toro», apunta el médico de la clínica, que también añadió que este tratamiento es esencial en deportes como el buceo, donde los accidentes se dan a presiones superiores a las del nivel del mar.
Durante sus primeros dos días de existencia, la clínica hizo una jornada de puertas abiertas, ya que aunque la cámara hiperbárica está más ligada al deporte, quieren darlo a conocer a la ciudadanía. «Queremos hacer entender que esto es medicina convencional, no es nada de alternativa. Son tratamientos médicos normales», sentencia Sánchez.
Fuente: www.eldiariosur.es