Estrena clínica para Cuidado de Heridas, con cámaras hiperbáricas.
El desarrollo de úlceras crónicas es una de las consecuencias más temidas por el paciente diabético, ya que el 80 por ciento de los casos termina con amputaciones de las extremidades inferiores.
Esto debido a la insuficiencia arterial y al desarrollo de heridas diabéticas, condiciones que en Puerto Rico afectan a más de 150 mil personas diagnosticadas con diabetes.
Para prevenir estas amputaciones, es imprescindible que el paciente reciba un manejo óptimo de sus heridas.
De acuerdo al doctor Javier Sosa Faría, especialista en Manejo de Heridas y Medicina Hiperbárica, “en Estados Unidos las estadísticas de las muertes y complicaciones por amputaciones están ya equiparando las muertes y las complicaciones por la enfermedad del cáncer”.
Para disminuir esa tendencia, el Hospital San Cristóbal ha creado una clínica de Cuidado de Heridas y Medicina Hiperbárica.
El centro de salud alternativa cuenta con un grupo de profesionales, quienes se enfocan en atender condiciones como insuficiencia arterial, úlceras diabéticas, heridas con dificultad en sanar, gangrena gaseosa, radionecrósis (mandibular, cistitis), osteomelitis crónica y problemas de cicatrización, entre otros.
“Lo que hacemos es tratar de ofrecerle una alternativa a estos pacientes que llevan muchos años que no salen. Esos pacientes con gangrena que le han ofrecido una amputación, tratamos de darle una alternativa como es la cirugía vascular”, aseguró el director médico del centro de salud.
La inversión total en el proyecto alcanza el millón de dólares con los cuales se equipó un área de 2 mil pies cuadrados con dos cámaras hiperbáricas y cuatro salas para el cuidado de heridas.
“Yo caí con una crisis diabética en el 1995, con tres úlceras en los pies. Eso me afectó tanto que no podía caminar”, confesó Víctor Lorenzo Lora Marte, residente en Villalba.
“Gracias a Dios mi historia cambió al llegar aquí, y solo en tres meses”, añadió.
Otro de los asistentes a la inauguración de la clínica fue Orlando Morales Ramírez, un policía de Peñuelas que tenía una úlcera en el pie que no se curaba.
“Yo creía que me iban a cortar el pie, porque fueron dos años y medio en que tenía que trabajar en sillón de ruedas. Gracias a Dios ahora puedo caminar, gracias a este tratamiento”, indicó.
Para más información puede llamar al 787-848-2100.
Fuente: http://www.periodicolaperla.com/