La cámara hiperbárica de Los Pinos se queda a la mitad por la falta de pacientes del SMS.
Hace dos años atendía en dos sesiones diarias a cerca de 70 personas de toda la Región y ahora recibe tratamiento una treintena cada tarde.
Cuando se cumplen ahora cuarenta años desde que se puso en marcha la que aún es la cámara hiperbárica más grande de Europa, la ubicada en el Hospital de Caridad, más conocido como Los Pinos, este habitáculo capaz de curar, por ejemplo, úlceras varicosas, pasa uno de sus peores momentos. La drástica bajada del número de pacientes derivados por parte del Servicio Murciano de Salud (SMS) ha hecho que se atienda a menos de la mitad de los pacientes que hace dos años.
Entonces, según datos del propio hospital, cada día se daban dos sesiones en esta cámara, dividida en dos y preparada para sesenta personas. De media, se trataba a alrededor de 70 pacientes, principalmente de heridas derivadas de complicaciones diabéticas y muy mala circulación. Pero ahora, tan solo se usa una parte de ella, en la que cada jornada vespertina acude una treintena de personas de lunes a viernes.
Hace apenas cinco meses la situación era aún peor. En abril, el hermano mayor del Santo y Real Hospital de Caridad, José Vera, avisó ya de esta situación. Entonces, mostró la diferencia de pacientes que llegaban años atrás en comparación con los números de entonces. Por ejemplo, dijo que de las 65 sesiones que daban en la cámara hiperbárica en años pasados a lo largo de una semana, se habían reducido a unas 16. Vera argumentó que por los recortes económicos en Sanidad y en concreto en las derivaciones a ese servicio, se ha creado unas largas listas de espera de pacientes que no tendrían por qué aguardar.
Pedirán más recursos
En ese momento, el alcalde, José López, visitó las instalaciones del centro médico, ubicado en la Barriada Cuatro Santos. Dijo que impulsaría una petición ante la Administración regional para que destinara más recursos a mantener activo el Hospital de Caridad, con la derivación de un mayor número de pacientes. Esa petición hizo que el número de estos creciera levemente.
A finales de agosto, el primer edil volvió a visitar el hospital y se comprometió a insistir a la Consejería en que retornara a la situación de hace dos años. Incluso, el pasado 8 de septiembre presentó una moción en el Pleno solicitando que se instara a la Comunidad Autónoma a potenciar la cámara hiperbárica.
Con José López estuvo el portavoz de Movimiento Ciudadano (MC), Francisco Calderón, quien indicó que «Sanidad apenas concede ya el volante médico que prescribe el tratamiento en este centro, cuando antes sí lo hacía». Algo que ha provocado, añadió, «que esta instalación esté infrautilizada pese a los beneficios que podría reportar a los pacientes si estuviera a pleno rendimiento».
La base de la oxigenoterapia radica en que, al aplicar oxígeno puro en la cámara, la sangre transporta unas 22 veces más oxígeno que en condiciones normales; además, en lugar de ser transportado por los glóbulos rojos (hematíes), circula de forma libre por la sangre y llega a lugares donde no llegan los hematíes cuando se respira a presión atmosférica.
La de Los Pinos está formada por dos habitáculos conectados entre sí por una puerta. En ellos se ofrece una terapia que consiste en respirar oxígeno en el interior de una cámara en la que la presión atmosférica se eleva hasta tres veces más que la normal. Es bueno para enfermedades como úlceras, infecciones necrotizantes de los tejidos musculares, gangrenas y lesiones por quemaduras.
La oxigenoterapia hiperbárica ha constatado su efectividad, además, en el tratamiento de síndromes de descompresión (enfermedad del buzo), la embolia arterial gaseosa, la intoxicación con monóxido de carbono y el tratamiento de algunas infecciones resistentes en tejidos blandos.
Lesiones isquémicas
También está indicada en lesiones por radiación -radioterapia oncológica por ejemplo-, e isquémicas crónicas (ulceraciones y heridas en pacientes con complicaciones diabéticas o muy mala circulación). También es buena para tratamientos de reperfusión vascular posquirúrgica, sordera brusca, isquemia retiniana y quemaduras de más de 20% y de segundo grado.
Hasta el Hospital de Caridad llegan cada día pacientes de diferentes municipios de la Región de Murcia, sobre todo de Yecla, Caravaca de la Cruz y Lorca. También eligen la de Cartagena enfermos de otras comunidades limítrofes como Valencia y Andalucía.
La mayoría de ellos son derivados desde la sanidad pública (un 85%) pero también van desde la privada. Comienzan a llegar sobre las cuatro y media de la tarde en ambulancias, taxis o coches particulares. A las cinco entran a la cámara y en ellas están entre una hora y una hora y media.
Fuente: http://www.laverdad.es/.