La dirección de Los Pinos teme el cierre de la cámara hiperbárica por falta de usuarios.
21-6-2017 – El hospital se ve obligado a reducir las sesiones en la máquina a dos días a la semana y los pacientes recogen firmas para que funcione tres más.
La cámara hiperbárica más grande de Europa, la ubicada en el Hospital de Caridad, más conocido como Los Pinos, pasa por un momento crítico. La drástica bajada del número de pacientes derivados por el Servicio Murciano de Salud (SMS) a este habitáculo de oxigenoterapia capaz de curar distintas enfermedades ha hecho que la dirección del centro hospitalario tema por el futuro de este servicio, según reconoció ayer a ‘La Verdad’ el director médico de Los Pinos, Miguel Baltasar Pereda.
Hasta hace apenas seis años, cada día se daban dos sesiones en esta cámara, dividida en dos y preparada para sesenta personas. De media, se trataba a unos 70 pacientes, principalmente de heridas derivadas de complicaciones diabéticas y muy mala circulación. Pero ahora, solo se usa una parte de ella, martes y jueves, en jornada vespertina, para una veintena de personas.
Esta situación «tan complicada y dramática es la que nos hace temer el cierre de esta instalación en un futuro», según Pereda. Esto es la que ha llevado a los usuarios de la cámara hiperbárica a poner en marcha una campaña de recogida de firmas. El objetivo es conseguir que las sesiones terapéuticas que reciben vuelvan a ser diarias. Al ser ahora solo dos días a la semana, alarga los tratamientos y dificulta la recuperación de los enfermos.
Una de las pacientes que usa la cámara, Amor Hernández, explicó que las firmas serán presentadas a la Subdirección General de Aseguramiento y Prestaciones, dependiente de la Consejería de Salud, alegando que las sesiones diarias en la cámara son más eficaces que las alternas en los tratamientos médicos. Pacientes como Hernández solicitarán más presupuesto a la Administración regional para aumentar el rendimiento de esa instalación, para divulgar los beneficios de la medicina hiperbárica y para que los enfermos que sufren patologías que pueden curar con oxigenoterapia puedan solicitar a su especialista ser enviados a estas sesiones.
Es precisamente lo que el hermano mayor del Santo y Real Hospital de Caridad -institución benéfica propietaria del hospital-, José Vera, solicitó recientemente en una reunión con representantes del Servicio Murciano de Salud. Entonces, mostró la diferencia de enfermos que llegaban años atrás en comparación con los números de ahora.
Por ejemplo, dijo que las 65 sesiones que daban en la cámara hiperbárica en años pasados a lo largo de una semana, se habían reducido a unas veinte. Vera argumentó que por los recortes económicos en Sanidad y en concreto en las derivaciones a ese servicio, hay unas largas listas de espera de pacientes que no tendrían por qué aguardar. En la reunión, también solicitó más recursos a mantener activo el Hospital de Caridad, con la derivación de un mayor número de pacientes.
La oxigenoterapia hiperbárica ha constatado su efectividad, además, en el tratamiento de síndromes de descompresión (enfermedad del buzo), la embolia arterial gaseosa, la intoxicación con monóxido de carbono y el tratamiento de algunas infecciones resistentes en tejidos blandos.
También está indicada en lesiones provocadas por radiación -radioterapia oncológica por ejemplo- e isquémicas crónicas (ulceraciones y heridas en pacientes con complicaciones diabéticas). También es buena para tratamientos de repercusión vascular posquirúrgica, sordera brusca, isquemia retiniana y quemaduras de más de 20% y de segundo grado.