“Los buzos ponen en riesgo su vida en cada operación de rescate”.
- En cada inmersión de una hora el submarinista gasta tanta energía como si corriera diez kilómetros. Para participar en una operación de rescate son necesarios 30 ensayos como mínimo.
- Los buzos tienen riesgo de sufrir el efecto narcótico: ocurre cuando se está demasiado tiempo a más de 50 metros de profundidad. Los síntomas: cansancio, miedo o quedarse completamente dormido bajo el mar.
Cada inmersión a partir de 30 metros de profundidad dentro de un barco supone un riesgo para la vida del buzo. “Está dentro de un ambiente hostil, por la poca visibilidad, por el peligro de derrumbe, de desprendimiento de objetos, y también la sensación de angustia”, explica Andreas Aoli, instructor de buzo profesional.
En la operación de rescate de los marineros desaparecidos en el naufragio del ‘Santa Ana’, “lo más terrorífico”, en opinión de Aoli, es ver de repente los cuerpos de los tripulantes, en una parte oscura y en un momento de desconcierto. “Esto puede causar una narcosis prematura y poner en peligro al buzo”.
La ‘borrachera del buzo’ puede dejar anestesiado.
El efecto narcótico, conocido popularmente como la borrachera del buzo, ocurre cuando el submarinista no ha controlado bien la descomprensión y se produce una acumulación en el organismo de nitrógeno. “Los síntomas son torpeza, una percepción equivocada del espacio y el sonido y puede haber riesgo de lo que llamamos ‘dark-out’, esto es miedo, ansiedad y un estado que puede paralizar y dejar al buzo como anestesiado. Quedarse completamente dormido bajo el agua”, explica Aoli.
Manuel Crespo, director del centro de buceo profesional de Benalmádena, habla del esfuerzo físico de cada inmersión, que dura como máximo una hora. “El gasto energético es equivalente a correr diez kilómetros. Es un trabajo agotador y un buzo no puede estar trabajando más de cinco horas al día”.
Para intervenir en una operación de rescate como la del ‘Santa Ana’ son necesarias como mínimo 30 inmersiones de entrenamiento. Hay que tener un buen fondo físico, pero sobre todo, preparación psicológica. “El control del tiempo y saber que estamos en un ambiente hostil”, resume Andras Aoli.
Fuente: www.teinteresa.es/