Objetivo: vivir bajo el agua durante 31 días.
El nieto de Jacques Cousteau se encuentra en un habitáculo bajo el océano y no saldrá hasta dentro de un mes. Fabien y sus compañeros de misión se proponen batir el récord de permanencia bajo el agua y llamar la atención sobre la necesidad de investigar los océanos.
Establecer pequeñas colonias humanas bajo el mar para explorar el océano es un viejo sueño de la humanidad. En 1963, el investigador marino Jean Jacques Cousteau se introdujo en un hábitat llamado Conshelf 2 con otros seis buceadores y permanecieron en su interior durante 30 días. La cabina estaba a 10 metros de profundidad en el mar Rojo y era un primer paso para establecer nuevos hábitats a profundidades de hasta 300 metros. Pero su récord permanece imbatido hasta ahora.
«Somos seis personas apiñadas en un tubo durante 31 días, en algo parecido a un autobús escolar».
Cuarenta años después, el nieto del famoso explorador francés, Fabien Cousteau, se propone batir el récord de su abuelo por un día. Fabien y otros cinco buceadores vivirán durante un mes en el interior del complejo Acuarius, a 20 metros de profundidad en aguas de Florida. «Somos seis personas apiñadas en un tubo durante 31 días, en algo parecido a un autobús escolar«, asegura el líder de la Misión 31. El complejo, que pertenece a la NOAA y es usado desde hace años por la NASA para entrenar a los astronautas. Tiene apenas 13 metros de largo por 2,5 m de ancho en los que contiene varias literas y una cocina, todo ello presurizado para evitar la narcosis de los buceadores.
Aunque 10 o 20 metros de profundidad parecen poca cosa, la clave de todo este asunto está en la presión y los gases. Habituados a respirar en superficie una mezcla de nitrógeno y oxígeno, cuando descendemos a las profundidades del mar corremos el riesgo de que el nitrógeno se convierta en burbujas en la sangre al cambiar bruscamente de presión. Por eso Jacques Cousteau y los suyos comenzaron a experimentar con otras mezclas de gases – como el helio – que permitieran minimizar el problema.
Hoy en día, cuando se desciende a gran profundidad durante largos periodos, los especialistas realizan una técnica denominada «buceo a saturación«, que consiste en saturar la sangre de oxígeno, respirar determinadas mezclas de aire y permanecer aclimatados a la profundidad a la que se va a estar trabajando durante días, a veces semanas. En las plataformas petrolíferas del mar del Norte, por ejemplo, equipos de buceadores que tienen que reparar la plataforma permanecen en cabinas parecidas a Acuarius durante muchos días y a gran profundidad. Cuando tienen que regresar a la superficie, se realiza una descompresión paulatina que lleva hasta 48 horas y que evita los problemas que podría provocar un brusco cambio de ambiente.
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